Guti, el genio incomprendido y desperdiciado.
El '14' ha malgastado uno de los mayores talentos de la historia del fútbol español · Odiado por muchos y venerado por otros tantos, ha sido capaz de crear su propio estilo.
José María Gutiérrez, ángel y demonio en todas sus facetas. Según muchos, el culpable de tirar a la basura el mayor caudal de talento del fútbol español. Calma con el balón en los pies, magia imaginando los huecos imposibles y un olfato goleador que saco a relucir cuando se le pidió, pero que olvidaba constantemente en busca de su último pase, su momento de gloria más deseado.
Problemas
El '14' ha tenido que luchar para ganarse el respeto de la afición del Bernabéu
15 años en el primer equipo. Del heredero de Fernando Redondo por su parecido en el peinado a crear su propio estilo. Guti, pese a ser catalogado siempre como la eterna promesa, ha sabido crear su propia idiosincrasia tanto en el terreno de juego como fuera de ellos.
Adorado por algunos y odiado por otros, especialmente en los estadios rivales. El ‘14’ siempre ha sido el centro de atención allá por donde ha ido. Barcelona y Villarreal han sido sus auténticos campos de batalla. Incluso, el Bernabéu mostró en alguna que otra ocasión su desaprobación con su actitud sobre el campo.
Ronaldo siempre uno de los mayores admiradores de la calidad de Guti.
Finalmente, su propia afición ha terminado por valorar a un jugador que siempre ha maravillado a sus propios compañeros de equipo. Algo que no ha ocurrido con sus entrenadores, aunque Guti siempre podrá decir que convenció a todos y a cada uno de ellos al final de temporada.
Otro de los obstáculos que ha encontrado el madrileño a lo largo de su camino ha sido la constante llegada de estrellas que le mandaban directo al banquillo o le arrinconaban en una posición del campo en la que no podía desplegar todas sus habilidades. El doble pivote ha sido durante años la cárcel en la que no ha podido destapar el tarro de sus esencias.
Guti era un jugador llamado a coger los mandos de la nave blanca desde la mediapunta, el verdadero hábitat natural del de Torrejón. Sin embargo, la fama de chico malo y, por qué no decirlo, su mala cabeza han lastrado una carrera que podría haber alcanzado cotas a las que ni se ha asomado.
Su adiós
El último regalo al fútbol del ‘14’ fue su taconazo en La Coruña, un lujazo futbolístico que estrenó ante uno de los magos de la historia del fútbol, Zinedine Zidane. Aquel momento fue la representación máxima del carácter de Guti. Una cabecita loca capaz de inventar lo inimaginable.
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