Aún cuando se muestra inalcanzable el lobo no deja de aullar a la luna...
y es que a veces hay una fuerza interior que nos empuja y es más fuerte que nosotros, no entiende de lógicas, de razón ni tan siquiera de sentido práctico... parece una especie de asociación entre instinto y corazón... y contra eso no hay nada que hacer.
Igual que el lobo, seguiré aullando persistentemente a mi luna inalcanzable... tal vez algún dia llegue a ella o no... esa es la gracia de la ansiada libertad!!!
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